El carácter antidemocrático del co-gobierno de la UBA hace que el movimiento estudiantil junto con sus docentes esté realmente por fuera de las decisiones políticas de la universidad. ¿No parece extraño que el sistema de co-gobierno universitario no se haya “actualizado” nunca desde el gran avance de 1918? ¿Qué instituciones se rigen hoy con estatutos que no han sido modificados desde aquellos años? Lo que se levantó en La Rioja y emerge estas semanas también en la UBA es la necesidad de que se modifique que un puñado de docentes decidan sobre una institución que alberga más de 300.000 estudiantes y miles de profesores que trabajan de forma gratuita o con muy baja paga, (ya que los únicos docentes que pueden elegir representantes son los titulares, por lo que de los aproximadamente 40.000 que tiene la universidad, sólo unos 2.000 tienen representación, es decir el 5%), los cuales no pueden opinar sobre sus planes de estudio, su presupuesto, sus condiciones edilicias ni sobre la construcción de conocimiento.
Esto es simplemente lo que se pide cuando se dice democratización. Se pide que se unifique el claustro docente y que las grandes decisiones dejen de ser tomadas por un grupo minoritario. Que los no-docentes, es decir los trabajadores que sostienen día a día la universidad, puedan tener algún tipo decisión sobre lo que pasa en esta institución. Que el voto de un alumno no valga veinte veces menos que el de un jeronte que gobierna esta universidad desde la época de los militares. Y entonces ¿Por qué las autoridades no se dignan a modificar estos estatutos y democratizar aunque sea algo de la UBA? ¿Es solo la enfermedad del poder de estos docentes oligárquicos o existen intereses económicos por detrás de esta forma de co-gobierno?
Para nosotros este sistema permite que se tomen decisiones que van modificando el carácter público de nuestra Universidad, como por ejemplo pasando materias de grado a pos-grados PAGOS o permitiendo la participación de empresas privadas en la construcción de nuestro conocimiento. A su vez permite que cursemos en condiciones edilicias lamentables; que precaricen a nuestros docentes y que reformen planes de estudios a espaldas de la comunidad educativa. Nuestra Universidad ha sido gobernada históricamente por el radicalismo que hoy, en alianza con el kirchnerismo, sigue perpetuando este sistema anti democrático para hacer negocios e intentar transformar nuestra educación en mercancía.
La Universidad que hoy tenemos y los que la quieren continuar
Este reclamo no es en abstracto, es lo que ha hecho a lo largo de estos ocho años el rector Rubén Hallú, el mismo que no ha reclamado formalmente el aumento presupuestario para la universidad (este año de un 17,9% muy por debajo de la inflación actual) y que ante cada nuevo presupuesto pretendió justificar por qué a pesar de ser insuficiente debía ser votado de todas formas; que ha impulsado la acreditación a la CONEAU (órgano de la LES menemista que construye conocimiento al servicio del mercado); quien firmó convenios con Monsanto, Ledesma, aceptó los fondos de La Alumbrera, judicializó estudiantes, quiso cesantear a 700 docentes y eliminó del estatuto la responsabilidad de la Universidad de garantizar el alojamiento, el transporte y la comida de los estudiantes.
Este rector, que ya anunció que no volverá a postularse para su cargo, pretende dejarle el mismo a un mercenario de igual calibre como Alberto Barbieri, quien viene de dejar en la facultad de económicas el mejor ejemplo de lo que es una universidad de mercado, con un banco al interior del edificio (en pleno centro de la ciudad ¿?), una agencia que vende pasajes de micros y hasta celulares. Las principales compañías multinacionales financian programas de investigación y reformas edilicias (las aulas llevan el nombre de las empresas multinacionales amigas de la gestión!), en donde se profundizó una formación tecnocrática y es la facultad con mayor cantidad de docentes Ad honorem de toda la UBA. Títere de Nuevo Espacio (Franja Morada-UCR), el nuevo postulante a ser rector de la universidad es un aliado del radicalismo y del PRO, de hecho dejó a Giusti como decano de Económicas, un funcionario Macrista acusado de vaciar el IVC (lo que muestras a las claras el intento de la Franja Morada de pasar al control directo de la UBA en este año). Barbieri es además un hombre del gobierno. Tiene línea directa con el secretario de Finanzas Adrián Cosentino, con el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, pero sobre todo con el ministro de Planificación Julio De Vido, con quien estuvo intercambiando favores durante toda su gestión al frente de Económicas. De Vido eligió a esa facultad como su “consultora” para certificar todos los cuestionados planes de obras públicas. A cambio de esos favores, el cuestionado ministro le retribuyó a Barbieri suculentos fondos para concluir la construcción del moderno edificio anexo de la Facultad de Económicas sobre la avenida Córdoba -inaugurado en el 2011-, mientras el resto de las facultades de la UBA estaban en una situación edilicia muchísimo peor. De Vido le permitió a Barbieri elegir los proveedores para llevar adelante la fastuosa obra.
La universidad que queremos
Todo esto muestra a las claras que tenemos que acabar con este sistema anti-democrático donde se priorizan los negociados privados y la educación para unos pocos. Desde el Frente Estudiantil Revolucionario entendemos que el carácter anti democrático del co-gobierno de la UBA es lo que sostiene las restricciones a las clases populares, los planes de estudio anacrónicos y una Universidad alejada de la realidad, por ende, futuros profesionales ajenos a los problemas más sentidos de nuestra patria. Avanzar hacia una reforma que profundice la democratización de la Universidad es avanzar hacia una universidad que se pinte de pueblo. Es necesaria una real participación de los estudiantes y las organizaciones estudiantiles que verdaderamente luchan por la educación pública y transformadora para así poder generar una democracia real y participativa en donde podamos ser parte fundamental de las decisiones de la Universidad.
Para eso tenemos que generar la mayor participación posible del estudiantado en el proceso que se va a jugar este mes. Debemos impulsar un plebiscito o una consulta que nos permita dejar en claro que los estudiantes queremos un proceso de democratización de la Universidad porque ya no queremos que se negocie con la educación de todos. Pero también debemos tener un objetivo claro para este proceso. El movimiento estudiantil no puede dejar que asuma el candidato Alberto Barbieri como un primer paso para seguir profundizando nuestra lucha. Más allá de lo que digan los sectores Kirchneristas o radicales, el verdadero candidato que viene a representar un modelo aún más regresivo en la Universidad es Barbieri. Él es el elegido para profundizar los negocios de la UCR- Franja Morada y la educación de mercado. Es por eso que debemos ser certeros. Ocultar esto es ser cómplice de los privatistas en la universidad. Debemos decir las cosas como son para avanzar en la democratización de la UBA. Evitar la asunción de Barbieri es ganar todavía mayor fuerza como movimiento para avanzar en un proceso por mayor participación del estudiantado.
No a la elección de “Franja Morada” Barbieri!
Por un plebiscito, consulta o instancia de participación estudiantil que permita discutir el co-gobierno de la UBA!